Nuestro compromiso por continuar de manera sostenida con el trabajo de la promoción de la cultura a nivel nacional y frente a las nuevas condiciones de emergencia sanitaria dictada por el Estado, nos retó como institución optar por medios y herramientas de comunicación digital.

El principal objetivo de esta iniciativa fue cambiar de formato todas nuestras actividades culturales, las cuales hemos venido realizando durante décadas y de forma presencial, al mundo digital.

Nuestro mayor reto fue la adecuación y conversión de los productos físicos al formato digital. Por ejemplo, las artes escénicas debieron contar con una especial atención, ya que el espacio y la corporeidad son elementos intrínsecos. Sin embargo, las actividades vía web y redes sociales en este campo han dado resultados más que satisfactorios.

Vivir actualmente en esta nueva normalidad y llevar cultura a todo el país y transcender las zonas geográficas son nuestra mayor satisfacción. Además, no detener nuestra producción e incentivo del arte, brindando a la comunidad eventos de ingreso libre, accediendo a nuestras exposiciones virtuales de galería y presentaciones virtuales artísticas desde sus casas.

Nuestra nueva Revista Cultural Digital del ICPNA en este último mes (setiembre) registra 2.4 mil usuarios que han ingresado a nuestro nuevo espacio virtual. De esta manera, miles de personas acceden a información y actividades culturales de acceso libre y de alta calidad. Además, registramos usuarios que se encuentran ubicados en todo el Perú y otros ubicados en Estados Unidos, México y Canadá.

Finalmente, esta situación nos ha hecho reflexionar sobre la importancia de tener una actividad mucho mayor en el mundo virtual. Si bien la teníamos considerada antes de la pandemia, ahora se ha vuelto una necesidad. Por ejemplo, desde ahora tendremos siempre recorridos virtuales en la web de las exposiciones más importantes, igualmente con los libros digitales, talleres de artes escénicas, conversatorios, etcétera. No solo por el alcance nacional e internacional que podemos lograr, sino por una cuestión de registro y archivo.

¡Que el distanciamiento social, no sea cultural!