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ALVAC

ALVAC Fitness

Cuando la pandemia del COVID-19 llegó al Perú en febrero de este año, se sabía muy poco e incluso las recomendaciones que recibíamos muchas veces eran contradictorias; un sentimiento de confusión y miedo se apoderó de muchísimas personas y éste se agravó cuando el Gobierno Peruano decretó el aislamiento social obligatorio; muchas personas se contagiaron y la empresa no fue ajena a esas estadísticas; si bien la segunda quincena de marzo, después de decretado el Estado de Emergencia Sanitario, todas nuestras actividades se paralizaron en abril, por estar vinculados a actividades esenciales, la mayoría de nuestros servicios empezaron a trabajar presencialmente; si bien lo hacían con todos los protocolos de higiene y seguridad empezamos a registrar casos de contagio, primero entre familiares de nuestros trabajadores y luego de los trabajadores mismos. Fueron y aún son – momentos difíciles, sobre todo cuando se producía un desenlace fatal.

Durante esta primera etapa de la Emergencia, en conjunto con nuestro Departamento de Salud tomamos una serie de medidas de protección, sobre todo respecto de los trabajadores más vulnerables; fue así como evidenciamos que un porcentaje importante de nuestra población laboral (cerca del 15%) registraba en la última evaluación médica sobrepeso u obesidad con IMC superiores a 25; siendo los servicios de Lima (que concentran la mayor cantidad de trabajadores) en donde se registraba la mayor cantidad de incidencias. Para entonces, MINSA estaba emitiendo una serie de normas para la regulación del trabajo presencial y remoto con miras a la reactivación económica por etapas, prohibiendo el trabajo presencial para el personal identificado en grupos de riesgo, entre ellos, personas con sobrepeso u obesidad. Fue entonces que decidí convocar al equipo de Salud y al equipo de Bienestar Social de la empresa para que además de las medidas que ya se habían dispuesto se iniciara una campaña de salud que promoviera de forma sostenible el cambio de hábitos de vida, en alimentación y actividad física, que nos permitiese llegar tanto a la población laboral que se encontraba dentro de ese grupo de riesgo como a los trabajadores que no estándolo, podían potencialmente caer en esas estadísticas más adelante. Así nació ALVAC FITNESS.

Para el diseño del programa se tuvo mucho cuidado en la forma en que se iba a estructurar para que sea atractivo a los trabajadores - para engancharlos y lograr que se inscriban pero sobre todo para mantenerlos motivados durante el programa.

Por ello, iniciamos con una campaña de sensibilización acerca del problema y de la necesidad que estaba llevando a la empresa más allá de los controles y recomendaciones que corresponden a los que estamos obligados, e ir más lejos, tomando acción directa para mejorar la salud de los trabajadores, convirtiéndonos en su entrenador personal, en su asesor nutricional y en su motivador para un cambio de hábitos. Para ello, el mensaje que se trasladó a los trabajadores fue “queremos mejorar tu salud, hazlo por ti, hazlo por tu familia” poniendo como evidencia de fondo que los factores de riesgo nos ponían a merced de la enfermedad y de tener que luchar por nuestra vida en medio de escases de camas UCI, de ventiladores, de oxígeno y de un sistema de salud colapsado.

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